Entender las misiones como parte de la misión de Dios es parte de la Misiologia, doctrina que muestra todo su fundamento bíblico dentro de todo el canon bíblico. Es difícil leer cualquier libro, o capítulo en las Escrituras sin ver cómo se sobrepone la misión de Dios de redimir a Su pueblo sólo para Su gloria. Si comprendemos que misión mundial de Dios en la razón de Su acto de creación: en el cual hizo el mundo para que Su pueblo escogido tuviera un lugar donde habitar y adorarle, entenderemos que desde la creación hasta la consumación en la tierra nueva y cielo nuevo, y todo lo que hay en medio, desenvuelve de la misión de Dios que envía a Cristo, su unigénito hijo a buscar y salvar a Su pueblo escogido.
Abrazar la misión de Dios es indispensable para entender lo que la significa ser iglesia y es muy necesario para educar que la misión debería ser el centro de lo que la iglesia hace. Nuestro obediencia acerca de la misión de Dios según el mandamiento de la gran comisión debe gobernar todo en la vida de la iglesia, incluyendo la enseñanza y el cuidado de nuestros hijos, el diaconado o servicio a los más necesitados, la exposición de la apologética, la plantación de iglesias, la evangelización, la predicación, y la adoración como un solo cuerpo. Cristo nos ha dado la gran comisión de hacer discípulos en todas las naciones bautizándolos y enseñándoles a obedecer todo lo que Él nos ha mandado. Esta misión comienza en nuestros hogares y se despliega a nuestras iglesias y alrededor del mundo.
"Aunque no todos somos enviados fuera de nuestra ciudad, o iglesia, a otras partes del mundo, todos estamos en misión, dondequiera que estemos"
Todos los cristianos están de alguna manera involucrados en la misión global de Dios. Padres y madres que discipulan a sus hijos, líderes, profesores de estudio bíblico y de escuela dominical que discipulan a la iglesia, los pastores y presbíteros (ancianos) que pastorean el rebaño de Dios, los plantadores de iglesias y los misioneros alrededor de todo el mundo son todos fieles testigos y embajadores de Cristo. Aunque no todos somos enviados fuera de nuestra ciudad, o iglesia, a otras partes del mundo, todos estamos en misión, dondequiera que estemos, trabajo, universidad, colegio, juntas familiares, juntas vecinales, haciendo deporte, estaremos dando testimonio de Cristo, al mismo tiempo que enviamos y apoyamos aquellos que son llamados para ir donde la iglesia los envíe.
En el corazón de nuestra teología se encuentra la misión global de Dios, en Su soberanía, ha predestinado la salvación de Su pueblo escogido y ha ordenado todos los medios para ese fin. Nos invita y ordena que prediquemos, porque ¿cómo pueden oír el evangelio todas las naciones si no hay alguien que predique el evangelio de Cristo?
No obstante, aunque la misión de Dios es primordial para entender lo que somos y lo que hacemos, no es nuestro fin último. La misión de Dios existe para Su gloria, para que las familias de todo el mundo, sin importar su etnia, lengua, condición social, amen y adoren al único Dios verdadero, desde ahora y para siempre.
Por Daniel Olivera C.
Muchas gracias por el artículo. Es de gran edificación para el pueblo de Dios.
Gonzalo.